Desde las épocas del virreinato en México surgen estas rimas a modo de burla, sobre todo de las personas y desde luego se aprovecha hacer uso de ellas para mofarnos de la política.
En el México independiente, toman más fuerza, pues se publican en periódicos y la gente disfruta el modo cómico de ver la muerte.
¿Qué dice una calaverita?
[bctt tweet=”Una calaverita describe a la Muerte, Parca o Catrina de José Guadalupe Posada, quien viene cada año a la tierra para llevarse a los humanos (sobre todo aquellos que “se pasan de vivos”).” username=”@PaulinaLaramx”]
Se usa mucho escribir sobre un grupo de amigos, familiares, colaboradores o compañeros de escuela. Pero como ya mencioné, igual se aprovecha para hacer burla -y por lo menos una vez- “matar” a gente que abusa del poder.
Calaverita en Alemania
En esta ocasión me divertí mucho escribiendo y produciendo estos versos tomando en cuenta experiencias alemanas.
Tener un seguro, no encontrar tu comida favorita, quitarte los zapatos al entrar a casa, entre otras, son algunas de las cosas que tomé en cuenta y creo que puede ser divertido para ti ver este video:
También te comparto el texto por si gustas leerlo con calma.
Cuéntame qué piensas de las calaveritas. ¿Te han “matado” ya alguna vez?
Fraterno Día de Muertos, gigabyte humanoide.
Una Calaverita Literaria pa’ Alemania
Este año la calaca se preparaba,
a reunir la cuota de muertitos correspondiente.
Sin imaginar lo que le esperaba,
el pueblo alemán no es tan complaciente.
Para laborar en Alemania, es pertinente contar
con un verdadero y amplio seguro médico;
obviamente la flaca mexicana se puso a sudar
pues el papelo era muy enciclopédico.
Sin salbutes, gorditas, ni tamales de cena,
la tripita de la parca, no dejaba de tronar;
la comida en Berlín es realmente una pena
y por ello la pobre se nos puso a llorar.
Usando el teléfono, quiso pedir una pizza
pero entre acentos, dialectos y su poco alemán,
se dio cuenta que era milagro tener una visa.
Terminó comiendo un kilo de papa
porque fue lo único que encontró,
entonces se puso a leer un mapa
y ahí su itacate enrolló.
Al entrar a la primera residencia,
recibió una fuerte mentada germana;
vaya que pareciera coincidencia
que la pantufla la aventó la hermana.
La parquita con Hausshue en los pies
quiso matar con algo de frío,
sin calefacción a la cuenta de tres
pero los alemanes no hicieron ni pío.
Después de las 10 de la noche
una carcajadota se aventó;
fue cerrar con gran broche
¡sí! la Deutsche Ruhe rompió!
Así la calaquita logró su objetivo,
al romper el silencio en la noche
llegó a la cuota de este día festivo.
Ya sabe que el año que viene
se tiene que preparar con tiempo,
sino pues entonces se atiene
a la papa y al germánico viento.
Por: Paulina Lara Franco